Posteado por: diariodelgallo | junio 19, 2019

TRES OBRAS DE TEATRO de Manuel Galich

 

Durante el siglo XX, el teatro en Guatemala crece y se desarrolla hasta alcanzar expresiones inesperadas en momentos altamente difíciles pata la vida del país. Entre los primeros dramaturgos de esta centuria sobresalen Rafael Arévalo Martínez, Alberto de la Riva y Adolfo Drago Braco, pero es Manuel Galich el que con una fecunda producción abre las puertas al teatro contemporáneo en Guatemala. Como la mayoría de escritores a los que les tocó vivir y padecer regímenes dictatoriales, Galich vio en el teatro el medio idóneo, no solo para la denuncia sino para educar a la población. Así lo vemos tanto en sus primeras obras, una de ellas El señor Gukub Caquix, donde se propone introducir al estudiante en el conocimiento de nuestra literatura ancestral, así como en aquellas de madurez, entre las que destaca El pescado indigesto, donde pone al descubierto la manipulación de las masas y la corrupción del poder. Desde luego están las obras de denuncia como El tren amarillo, que trae a la memoria el despojo de tierras guatemaltecas para la explotación del banano y la construcción de un ferrocarril para el transporte del producto por parte de compañías estadounidenses; y El desgraciado incidente del reloj que muestra la capacidad que tiene el teatro de adherirse a un proceso creativo que trasciende la puesta en escena y se convierte en una puerta a existencias paralelas. En este volumen se han incluido estas tres últimas obras mencionadas. Lo meritorio es que el teatro de Manuel Galich en ningún momento pierde su naturaleza artística, pues como buen escritor sabía cómo explicar la naturaleza de las cosas sin caer en el panfleto.

Biografía: Manuel Galich. Nació en la ciudad de Guatemala el 30 de noviembre de 1913. Estudió la secundaria en la Escuela Normal para Varones, hoy conocida como Instituto Central para Varones, y en 1948 obtuvo la licenciatura en Ciencias Jurídicas y Sociales en la Universidad de San Carlos de Guatemala, para lo cual presentó el trabajo de tesis El hombre, la democracia y el derecho internacional americano. / Desde muy joven se inició en la política, fue uno de los dirigentes más representativos en la lucha contra la dictadura de Jorge Ubico y su sucesor Federico Ponce Vaides, y un revolucionario surgido a partir de la Revolución del 20 de Octubre de 1944. En este período ocupó cargos de mucha importancia, entre los que destacan el de Presidente del Congreso de la República en 1945, Ministro de Educación en 1946, Ministro de Relaciones Exteriores de 1951 a 1952, embajador en Uruguay en 1953 y embajador en Argentina en 1954. / Por sus grandes cualidades para la oratoria se le conoció como el «Verbo de la Revolución». / El derrocamiento del régimen de Árbenz lo sorprendió cuando ejercía el cargo de embajador en Argentina. Ese hecho lo obligó a vivir allí hasta 1963, después se trasladó a La Habana, Cuba. En la isla fue nombrado director de la Casa de las Américas, dio clases de historia de América en la Universidad de La Habana y dirigió la revista teatral Conjunto. Como dramaturgo escribió: Los conspiradores (1930), Los necios (1934), El canciller Cadejo (1940), De lo vivo a lo pintado (1943), La historia a escena (1949), El tren amarillo (1950), El pescado indigesto (1953), La mugre (1953), La trata (1956), Pascual Abaj (1966) y Mr. John Tenor y yo (1975). También escribió tres obras de teatro para adolescentes: Miel amarga o el oso colmenero, Ropa de teatro y El señor Gukub Caquix, las cuales fueron publicadas bajo el título común de Teatrino en la revista Coyuntura. / Entre sus obras políticas destacan Del pánico al ataque (este libro reseña la lucha cívica contra los generales Jorge Ubico y Ponce Vaides), Por qué lucha Guatemala: Arévalo y Árbenz, dos hombres contra un imperio (1952), entre otras. / En 1977 recibió el premio Ollantay de Bogotá, por parte de la Federación de Festivales, de teatro de América. En 1983 el Centro Latinoamericano de Creación e Investigación Teatral (CELCIT) de Cuba le otorgó el mismo premio y fue distinguido como Hombre de Teatro del año. En 1983 el gobierno cubano le otorgó la Orden Félix Varela y fue distinguido como Profesor de Mérito en la categoría de Docente Especial. Manuel Galich falleció en La Habana, Cuba, el 30 de agosto de 1984.


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